jueves, 4 de abril de 2024

Intentando pasar al ataque en el tratamiento

 Esto de tener el blog de incógnito me lleva mucho loguearme y termino por no entrar. El ejercicio de la escritura secreta lleva mucho trabajo. Ojalá pudiera anotar algunos pensamientos importantes que voy teniendo.

Ahora pienso que la poesía es una encriptación para poder escribir lo que quiero decir sin que los demás lo entiendan. Eso molestaba muchísimo a un señor que daba un taller, quería que todo se entendiera. Debe odiar a César Vallejo. 

Iba a mirar porno, pero decidí hacer esto en mi intento de darle un sentido a mi vida. En cuanto a bajar el uso al celular se quedó en al rededor de las dos horas. O aunque puede ser que esté usando un poco más la compu. Digamos que de las 3.30 hs promedio lo habré bajado a 2.30 hs o un poco menos. Es un logro. Ya no me esfuerzo. Aunque no tengo idea en qué estoy gastando ese tiempo.

Ya hace más frío por lo que dejé de ir a la pileta que está a la espera de ser vaciada, lavada y guardada hace varios días. Con menos de 28 grados no pienso hacerlo (parece que mañana o el sábado).

Ayer en el techo me di cuenta que me cuesta relajarme (otra vez). Antes de ir estuve mirando porno, por lo que se redujo el tiempo. Ah, por la ampliación del hospital, ahora hay sol solo hasta las 18. No sé qué pasará en invierno. Jugar un rato a la pelota hasta cansarme ayuda para que después me pueda concentrar. 

La adicción a la información es terrible. Es una impaciencia que no me permite leer sin estar pensando en otra cosa. La mente me pide saltar de tema en tema y ni siquiera Instagram logra aplacarlo del todo. 

En cuanto a los talleres de literatura que iba a dar con mi prima, me parece que no va a pasar. Como tampoco lo de organizar los medios culturales de Bahía. Me falta energía y en dos meses y pico nacerá Luca. 

(Voy a ver unas cosas de laburo) Qué rompe pija que todo sea urgente cuando no lo es.

Dije que iba a contar las cosas que me traumaban. Vamos a empezar por la que creo que es la más reciente. Cuando trabajaba en la agencia de publicidad había una ejecutiva. (La puta madre cómo me cuesta entender esto, o sea, sé por qué sucedió, bueno vamos) que era gorda y me contó que otra mujer que era más rellena pero no gorda había hecho algo en contra de una producción que estabamos desarrollando y dije "gorda de mierda" o algo así, la puta que me parió. Entiendo que tengo cierto grado de gordofobia. A mi hermana por tener algún kilo de más a sus 11 años la mandaron al DietaClub. Entiendo que tenía una frustración con mi vida y se sumó eso. Pero por qué todo eso tuvo que terminar en yo diciendo semejante cosa. Es algo que cuando lo recuerdo me indigno contra mí. Muchísimo. Me desespera. No lo puedo entender cómo no lo pude callar o decir cualquier otra cosa. Ella llegó a decir "bueno no" y después yo me di cuenta y no sé qué hice. Pero por qué tan tarde. Cuando me crea mejor que alguien tendría que acordarme de esto, aunque no es lo peor, o tal vez sí, porque sabía perfectamente que estaba como el orto. Me cuesta procesarlo y no sé si pude cambiar algo, por esto mismo. Creo que sí soy menos gordofóbico. Pero este recuerdo me paraliza.



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