Y si no escribo sobre la paja es porque no me animo. Es mortificada como pecado o incapacidad, virgidad, incogibilidad. El placer como síntoma. Los síntomas no se curan. El placer atenta contra el capital. El capital crea un mercado para contrarrestar lo. El síntoma es laa falta de confianza para tratar con los demas. El síntoma es la compensación en la paja de otras frustraciones en exceso creadas por este sistema virtual de inseguridades.
Tampoco una revindicación. Solo dejarle su lugar. ¿Qué seríamos sin esa felicidad breve y absoluta? El sexo, tan instintivo, en la cultura, requiere una conexión con el otro. Algo que la virtualidad está matando y ahí sí matarse a pajad convilsivamente no sirve de nada. Pero no es la paja. La paja satisface lo que puede, después, sin urgencia, hay que mejorar.
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