Tomé una cerveza y fui a hacer las compras. La gente está desvariando en masa. Me sentí muy cómodo con mí leve borrachera. Sí fue incómodo hablar con la cajera.

No debería querer lastimar a otras personas ni a mí 

24 del 07:55

 Ser infeliz es tremendamente cansador, muchísimo más que ser feliz. Cuando sos infeliz todo requiere el doble de energía. Todo es caminar entre arbustos espinosos que se te enganchan. Ser infeliz es como Alicia en el País de las Maravillas. Nada tiene sentido. A cada paso hay que volver a interpretar el mundo e intentar entenderlo mínimamente para saber, al menos, para donde se espera que avancemos.

Y cada traspié es una caída. Las muelas duelen. Los sentimientos de mestizan. Las ganas se esfuman. 

Ser infeliz es tener un espejo en frente que hace lo mismo que hacemos con la fuerza opuesta. No tenemos la fuerza suficiente para vencerlo o aunque sea tomar otro camino.

Sisifo, ¿Cuándo te vas a cansar?

21 primavera, procesos

 Tengo que ponerme a trabajar en 2 minutos. Estoy cansado del trabajo, de que la gestión y los procesos sean invisibilizados por las directivas y los objetivos. Los procesos lo son todo. No era esto lo que quería decir. No sé qué era. No, no puedo acordarme. Voy a llegar tarde a la reunión, como la película después del atardecer. Ya me acordé. Era que las excusas son veneno, incluso las excusas para cosas buenas. 

Las excusas para hacer cosas buenas son un engendro que daña a las cosas buenas, poniendo la beneficiado como inferior y haciéndole creer que es superior. Es un proceso, no un objetivo, y ese proceso lleva a lugares oscuros, por más de que las intenciones sean buenas. 

20 de septiembre 2023

 Hace varios días que no escribo acá. Debería escribir todos los días porque esto era para no abandonarme. Dejar la paja y los videojuegos era un colateral, una meta secundaria. No fue así. Tengo algunas ideas interesantes durante el día y también leo cosas interesantes, pero me las olvido. Como si se resistieran a quedar acá o, como si se resistieran a quedar en mí. 

Es una cuestión de estructura, emociones y eso. Me cuesta mucho recordar lo que leí aunque en el momento creo que estaba sinceramente interesado. O de recordar, por ejemplo, lo que escribí acá, y es algo que me preocupa. Tal vez no pueda ser sincero. Eso a veces me obsesiona. Saber que, después de tanto tiempo de mentirme y fingir, perdí acceso a mi verdadero yo. No pienso que exista un verdadero yo, pero creo que sí lo siento y que siento que no puedo acceder y que pienso que eso es lo que llamamos locura. Haber querido parecer tanto tiempo, que cuando perdemos la energía para mantener esa pantalla, nos derrumbamos, sin poder acceder ya a lo que realmente fuimos. Quedamos atrapados entre el disfraz y la piel. Locura. Senilidad. Creo que todo es eso. Me da miedo quedar atrapado en el miedo.

Interesante, espero volver mañana.

Trato bis (dos son demasiadas cosas por dejar)

 Me estoy independizando del celular. Intento dejarlo. Dejarlo arriba de la mesa cuando voy al baño, por lo menos. En el baño pensaba, cosa que no hubiese hecho sin el celular. Pensaba si esto me iba a costar tanto como dejar la paja. Creo que más. Porque el celular es una adicción social, como el alcohol. También pensaba, aunque no fue ese el camino, acá pareciera que sí. Pensaba en que había pensado en que siempre me hacía la paja en dos habitaciones, creo que nunca me la hice en el resto de la casa. Había pensado, para hacer algo nuevo, en hacerme una paja en la terraza. La cosa es que al acordarme de eso le veía una veta productivista. La necesidad de innovar por innovar, por tener un récord nuevo. 

Creo que era solo eso. Ese párrafo que nació por no llevar el celular al baño. Fue más simple y gratificante que dejar la paja, así que ahora dudo cuál me va a costar más dejar. 

Pensé también en otros temas, pero son temas que puedo hablar con otras personas. No tengo a nadie de confianza como para hablar esto. Sí, es un poco triste, pero hay que aceptarlo. Ahora tampoco lo estoy hablando con nadie. Bueno, sí, conmigo. Tal vez debería empezar terapia, que es hablar conmigo pero con un testigo.

Dos son demasiadas cosas por dejar. Lo voy a poner en el título. Hasta luego.

Trato paja

 Anoche pensaba, mientras hacía el esfuerzo de no rendirme al ansiolítico de la masturbación. 

¿Y si la paja no fuese un ansiolítico? ¿Si fuese más uno de los pocos momentos de disfrute? Porque pensaba, y creo que lo escribí en algún lado de acá, que sufro anhedonia o ahedonia o como se diga. O sea que siento que no disfruto nada, ni siquieras las cosas que antes disfrutaba.

Estoy sintiendo una ansiedad que me mata. Ya este blog perdió el interés artístico y se volvió un diario. Porque ya no puedo metaforizar esto que siento. 

Ayer vi que un tipo se murió en un accidente, se publican muchos estos días y pensaba: eso me puede pasar, ir en un viaje que no disfruto pero que debería, se cruza un camión y chau. ¿Y qué disfruté de esta vida?

La paja por lo menos la disfruto, tal vez no sea la mejor opción, en parte porque moralmente es evidente que me afecta o emocionalmente. Como si hacerse la paja fuese de ser inferior o enfermo, eso sigue en algún lado. Por ahí sí pensar tanto en eso y escribir un diario sobre eso, pero también, por ahí, es al revés, que la moral crea la enfermedad.

Objetivo: descubrir cosas que disfrute, dejar de estar siempre tan tenso. Creo que van asociadas. Sigo tratando