La peor mentira no es que no vamos a morir
es que la felicidad se la merece
Venir al mundo a cumplir obligaciones y nada más
una vez cumplidas, serás feliz.
Dicho así suena tan estúpido como es.
Pero dicho como mérito no se nota,
parece lógico,
como si las mentiras no fueran lógicas,
son pura lógica.
Mentira derivada: la dignidad.
Dignidad es el infeliz que no se queja y cumple sus obligaciones.
Mentira intermedia: la justicia.
Se entiende que se pierde justamente o incluso injustamente y eso se asume con entereza.
Mentira, no sé, por ahí: la fortaleza.
Somos fuerte, por eso nos bancamos la injusticia.
Mentira que une todo: la lógica.
¿Qué es verdad, entonces? El caos
Volviendo de un día horrible en la oficina, me dan ganas de reír. De reír con todo, de un pajarito que se corría con un pedazo de galletita. Reír sin ninguna lógica, sin ninguna narrativa, pura poesía, puro impacto, felicidad pura.
¿Qué es lo que se debe sentir cuando hay un chico que pide monedas por abrir puertas de taxis?
Perdón si incomoda este caos,
es la forma natural invadiendo esta lógica de letras.
De sentirme bien cuando no debería hacerlo
porque tengo serios problemas de saber quién soy
por qué estoy acá, qué debería hacer, cómo ser feliz.
Creo que es imposible que entendamos que no todos son felices como nosotros somos felices.
Los felices quieren que los otros hagan lo mismo que ellos, esperando que sean felices,
los infelices esperan que los demás sean felices según las normas que no les funcionan,
otros infelices creen que su felicidad debe ser haciendo lo contrario que los felices.
La lógica es casi siempre así, binaria. No tengo idea por qué.
Sé que soy feliz de repente y así se va también.
No sé muy bien provocarlo, más que cuando improviso sobre una base musical
o cuando escribo y se me ocurren cosas que me dan gracia.
No sé si la risa es lo mismo que la felicidad, pero en mi mundo, sí.
No es lógico escapar de la lógica a través de las palabras.
Tampoco es lógico querer encontrar la felicidad en donde creo que no está.
Tendría que dudar más.