el simple deseo de morir
de no deberle más nada a nadie
de no ver más la decepción, el reproche, la espera.
No querer la atención que dicen que quieren los que intentan.
No el silencio de los cementerios.
El silencio del mar,
el que no grita.
El simple deseo
sin pero ni por.
Las ganas de descansar
sin despertarse con dolor en la mandíbula.
No lo conozco, solamente creo.
No sé si es un deseo querer un poco de paz.
No sé por dónde salir
las puertas que me muestran no están acá.