No digas fue un chiste cuando me acabas de tirar un pedazo de mierda en la cara, una mierda entera.
No. No me digas por qué te ponés así por un chiste. Decirme que me podría mover un poco más no tiene ni siquiera chances de participar ni en el peor stand up, si es que hay peores.
No intentes hacerme cargo de tu mierda. Que mi mierda interna resuene con las cosas que decís porque sabés dónde me duele no quiere decir que es responsabilidad mía.
¿O sí? Es problema mío si estoy jodido. No poder soportar los ríos de mierda en los que fuimos todos es culpa mía.
A veces pienso que tal como Adán estaba hecho de barro, yo estoy hecho de esos ríos de mierda. A veces creo que ya no queda nada mío que no sea pura mierda. Qué hace rato se fue de mí los restos de humanidad.
Lo sé porque cuando veo algo sano, me siento muy raro. Quería escribir poesía, pero la mierda no me deja tiempo ya para eso. Perdón. Quisiera que todo fuese un gran chiste, del que en algún momento para la risa o el llanto.