La novedad se va disipando. Antes no era feliz, ahora menos. La emoción inicial fue eso, emocionante. Ahora me siento más atrapado que antes, más desesperado. Nadie que no lo desee irremediablemente debería tener hijos. Debería haber un programa del gobierno que permita testear la experiencia.
Estoy leyendo en el libro que una garza camina lenta entre el barro y la lluvia buscando alimento en el suelo. Esa actitud animal de preocuparse por el ahora y ponerse mejor cuando ya no llueve, cuando se tiene algo de tiempo para escribir, aunque tenga el barro hasta las rodillas.
Estoy usando menos el celular porque tengo menos tiempo, sigo queriendo evadirme, tal vez más, no sé. Si sos un yo tardío leyendo esto y pensando "ahí era más feliz", qué mierda, mierda hasta la cintura, seguramente. Creo que nunca fuimos, no seremos felices. Como tu padre, como su madre. Solo intentamos olvidar.
La parte buena llega ahora con un almohadón de amamantar con el bebé arriba y sobre una pelota de yoga o como se llame. Fui a buscar el desayuno para armar, tengo muchos mensajes en el celular, bloqueo las notificaciones. Que se hayan todos a la mierda. Hasta acá. Todo lo que quede después de este latrocinio de mi tiempo es mío.
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